Características de los equipos eficaces
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¿Qué distingue exactamente a estas dos palabras, que acaban llevando parte de la misma carga? La respuesta parece ser una cuestión de empatía y ánimo, como claves del éxito. Descubra qué hace que un equipo sea un buen líder, y cómo convertirse en uno.
Como exploraremos más adelante en este artículo, el conocimiento de uno mismo es una cualidad que deben tener los líderes de equipo. Asegúrese de conocer realmente sus puntos fuertes y sus oportunidades, y de entender cómo le perciben los demás.
Tómese el tiempo necesario para construir relaciones más sólidas y gestionar los conflictos emergentes antes de que tengan tiempo de convertirse en problemas mayores, y encuentre la mejor manera de mantener a sus empleados motivados y productivos. Ser jefe de equipo es como tener una relación. Tienes que cuidarlos.
Hágales saber cuando hacen algo genial, y sea tan transparente y directo como pueda, cuando sea necesario. La buena regla es elogiar en público y criticar en privado. De este modo, te aseguras de que cualquier comentario negativo que tengas que hacer no afecte a la moral del equipo.
Esto hará que los miembros del equipo se sientan más motivados y valorados. Lo mismo ocurre con la flexibilidad: a medida que se supervisa el progreso del trabajo, el jefe de equipo debe estar preparado para plantear los retos necesarios a lo largo del camino.
¿Cuáles son las 5 C del trabajo en equipo?
Una buena manera de ayudar a su equipo a unirse es esforzarse por conseguir las cinco C, que significan comunicación, camaradería, compromiso, confianza y capacidad de entrenamiento. Cuando empieces a trabajar en cada una de estas áreas, notarás cambios significativos en tus compañeros de equipo y en ti mismo.
¿Cuáles son las 4 C del trabajo en equipo?
Si quiere establecer una identidad de equipo, tiene que dar a su equipo la oportunidad de debatir abiertamente las 4 C de una identidad de equipo: claridad, compromiso, contribución y preocupaciones.
¿Cuáles son las 3 C de los jugadores de equipo?
Para que nuestros equipos tengan éxito en cualquier circunstancia, siempre debemos dar prioridad a la comunicación, la coordinación de equipos y la cooperación.
Liderazgo
La sola palabra líder basta para evocar imágenes de éxito: líderes como la Primera Ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Adern, el líder del movimiento por los derechos civiles, Martin Luther King, Jr. y el fundador de Tesla Motors, Elon Musk. No sólo dirigen con eficacia en circunstancias extremadamente difíciles, sino que son (en su mayoría) apreciados universalmente.
Por supuesto, no todos los líderes tienen éxito: todos podemos pensar en algún directivo que haya mostrado rasgos de liderazgo negativo. Pero, ¿es suficiente conocer la diferencia entre las cualidades de un buen líder y las de uno malo para convertirnos en líderes de éxito? Dirigir requiere una amplia gama de habilidades. La buena noticia es que todas las cualidades de liderazgo pueden aprenderse. En este artículo se destacan las aptitudes que quizá ya posea, junto con algunas deficiencias que puede subsanar en su camino hacia el liderazgo de éxito.
La función principal de un líder es capacitar y empoderar a un equipo para que alcance objetivos tanto colectivos como individuales. Puede implicar delegación, instrucción y formación, pero en el centro de todo está el deseo de servir. Los líderes eficaces se alinean con los principios del Liderazgo de Servicio que se centran en el desarrollo de equipos. Estos principios abarcan desde profundos programas de desarrollo personal hasta la sencillez de comprender cómo les gusta ser recompensados a los miembros de su equipo. El liderazgo de servicio no consiste tanto en ceder la autoridad como en capacitar a los demás para que tengan éxito.
Jefe de equipo
Los buenos líderes tienen una visión global: saben adónde quieren llegar y cómo van a hacerlo. Tienen la capacidad de crear una visión inspiradora, asegurarse de que es alcanzable y comunicarla eficazmente para conseguir la aceptación de los demás. En lugar de distraerse con los detalles, se centran en establecer la dirección general y toman decisiones seguras y de calidad, incluso bajo presión. Una buena organización y capacidad de planificación son fundamentales: evaluar los recursos, fijar objetivos y asignar tareas a los demás.
Delegar puede ser difícil, pero los grandes líderes saben hacerlo bien, haciendo que los demás se sientan implicados y motivados. Delegar eficazmente no consiste en deshacerse de las tareas que no te gustan; se trata de adecuar las tareas a las habilidades y competencias de tu equipo y garantizar que su carga de trabajo sea realista y alcanzable. Parte de un buen liderazgo consiste en crear la próxima generación de líderes: dar oportunidades a las personas para que se desarrollen y ofrecerles apoyo positivo y tutoría. También se trata de ser honesto sobre las propias limitaciones y pedir ayuda cuando se necesita.
Cómo ser un buen jefe de equipo
Las cualidades de un líder de equipo eficaz pueden dividirse en cuatro grandes categorías: comunicación organizativa, procesos internos, productividad y retroalimentación. Es muy importante que te plantees el liderazgo de un equipo como un proceso y no como algo que se puede hacer. Usted, como líder, no puede obligar a la gente a trabajar más duro; para ser eficaz, sólo puede alinear los esfuerzos de su equipo y trabajar más inteligentemente, juntos.
La colaboración hace a un gran líder. Como dijo John Ritchie en Business Matters: “Una comunicación interna eficaz ayuda a garantizar que todos los miembros de la organización trabajan en colaboración hacia un objetivo común”.
La palabra clave es “colaboración”. Aunque muchos miembros del equipo sepan cuál es la descripción de su trabajo, también deben entender por qué su trabajo es importante para la empresa. Por eso deben compartir su trabajo y sus ideas con compañeros y directivos.
El compromiso en el trabajo va más allá de la satisfacción laboral. Un empleado comprometido siente apego por su trabajo y quiere hacerlo mucho mejor. Si hablamos de la dura competencia en el mercado global, entonces este apego al trabajo es lo que está dando a ese 30% de empresas la ventaja ganadora.